Ir a SantiagoAmon.net
EL CHOLLO NACIONAL

NO ha querido Real Academia de la Lengua que se le fuera el año sin dejar discutida y votada una cuestión de las llamadas fundamentales: la pervivencia de la letra "ch" o su descomposición en las dos (la "c" y la "h") que la integran. Iniciada la sesión, dos posturas irreconciliables han tomado asiento y voz en el cónclave académico:los tradicionalistas y los “progres”

Punto de honor les resultaba a aquellos mantener la “ch” como letra independiente, en tanto éstos juzgaban remora y traba (para el ingreso, incluso, en la Comunidad Económica Europea) el que sólo en nuestro diccionario tuviera constancia la composición de marras. Tras largas horas de debate, se fue a las urnas, de las que salió triunfante la «ch»



Es el nuestro —proclamaban orgullosos los tradicionalistas— el único diccionario que otorga carta de naturaleza a la letra "ch», de la que brotan vocablos y mas vocablos variopintamente alusivos a defecto o arle, o a burla, ardid, suerte, diversión o picardía, cuales churro, chufla, charada, chapuza, chiripa, charanga, chiste, choteo, chanchullo, chisme y chusma, chorrada y cuchufleta, chanza y chirigota, chuchería y chascarrillo, cuchipanda y cachondeo... más lo chocante, chocarro y chusco (todo ello, comúnmente, la chita callando u oliendo a chamusquína). Y aunque algunas de estas voces respondan a noble raiz latina (chiste, chusco, choleo, chapuza, charanga, cachondeo... derivan, respectivamente, de «suctum», “caput”, "clangere», “catuliens” o griega (chisme, de “sijisma”; charada, de «jaris»), todas guardan popular y esencial relación con lo antedicho.

Españolisma “ch”, por cuanto que únicamente entre nosotros se conforma como tal y acierta a exprimir, si no la esencia, un cierto código o un cierto deje de algo muy nuestro entre lo nuestro.

«¡Vaya un chollol», clamó enojado uno de los vencidos "Y tanto" —redondeó la frase uno de los triunfadores—, como que es palabra sumamente adecuada para la expresión de la fama, la gloria, el galardón y el entorchado entre españoles bien nacidos.» Esta vez no hubo discusión. La Academia en pleno vino a promulgar que la voz «chollo» resume la gala toda del hispano y la cúspide misma de sus sueños.



Digno era de verse y oírse cómo uno de los académicos más reacios a la novedad elogiaba con calor el concurso televisual que lleva por titulo «Un, dos, tres» y por mejor recompensa otorga al vencedor el «chollo» y el «antichollo» al que no acierta. La disputa de horas atrás se tornó unanimidad alborozada. Todos los «inmortales» hicieron causa común con el ejemplo de TVE. La Real Academia de la Lengua acaba de dejar bien sentado que el premio tradicional de las ciencias, las letras y las artes venga en adelante a denominarse «chollo». Exigencias y resonancias raciales al margen, parece ser que la docta institución ha optado por el cambio en atención a la sabrosa dotación económica de que los premios empiezan, digamos, s adornarse, ganara hoy un premio —se decían unos s otros los académicos— es un verdadero chollo.

Lo nacído al calor de la disputa vino a concluir, asi las cosas, en unánime voto por el cambio. Se mantiene, pues, la «ch» en el diccionario, que dando consagrada la voz –chollo- como la mis legitima por mas soñada y mas nuestra. A partir de ahora —aconseja la Academia— la palabra •premio debe ser reemplazada por la palabra “chollo”, mereciendo la denominación de –“chollo Cervantes” el que, por su mayor cuantía, mejor parece honrar a los escritores de lengua castellana. La Real Academia Española ha remitido, en fin, a la Sueca un elocuente escrito con la explícita recomendación de que el Premio Nobel, a tenor de su relevancia económica, pase a denominarse “Chollo Nobel”.

EL COCODRILO - 28/12/1984

Ir a SantiagoAmon.net

Volver